En el informe «Un asunto tóxico» presentado ayer en la sede del Parlamento Europeo en Madrid se denunciaba el papel de los investigadores vinculados o financiados por las industrias que forman los grandes lobbys en la creación de dudas ficticias sobre la toxicidad demostrada de contaminantes de origen industrial. En el artículo que enlazo más abajo, se denuncian las mismas prácticas en Estados Unidos.
La situación es alarmante. Frente a estas campañas perfectamente orquestadas por la industria, la financiación de estudios independientes por instituciones públicas, como la Agencia de Protección Ambiental de los EEUU (EPA), ha decrecido hasta prácticamente desaparecer. Según este artículo:
Ciencia y opinión han venido mezclándose cada vez más, en gran manera por la influencia de las corporaciones. Como explicamos en «Ciencia a la Venta», una serie de investigación del Centro por la Integridad Pública y co-publicado por Vice.com, la investigación «cocinada» por la industria ha explotado – frecuentemente con el objetivo de ocultar la verdad – mientras que la ciencia financiada por el gobierno mengua.
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