Esta mañana he propuesto a mis estudiantes de primero de Ciencia y Tecnología de los Alimentos una actividad especial con motivo del Día Internacional contra la Violencia de Genero el próximo domingo 25.
¿Qué tiene que ver la Biología con la Violencia de Género? Pues quizás técnicamente poco. Sin embargo, la mayor parte de las asignaturas de nuestros Grados en la Escuela Superior de Ciencia y Tecnología de la URJC exige que los alumnos adquieran ciertas «competencias personales». Estas competencias son «transversales», lo que quiere decir que deben impartirse de manera cooperativa entre diversas asignaturas. Algunas de ellas son:
- Comprender y respetar los puntos de vista de otras personas
- Reconocimiento de la diversidad y multiculturalidad
- Compromiso ético
- Habilidades en la relaciones interpersonales
De hecho, estas competencias o habilidades personales son, en realidad, las que los agentes sociales que participaron en la elaboración de los Libros Blancos de las titulaciones de Grado consideraron más relevantes de una buena formación universitaria.
La actividad de reflexión y diálogo de hoy ha estado destinada a que mis estudiantes desarrollen su competencia tanto en la comprensión y respeto a los puntos de vista de otras personas, como en el reconocimiento a la diversidad y el desarrollo de sus habilidades en las relaciones interpersonales. Pero, sobre todo, para que, como universitarios con formación superior, tengan un compromiso ético contra la violencia sexual y hacia las mujeres.
La actividad ha comenzado con un diálogo en pequeños grupos de chicas y chicos para intentar definir el acoso y el consentimiento sexual. A continuación los representantes de los grupos de chicos han explicado su punto de vista a las chicas y viceversa. Posteriormente hemos escuchado subtitulado el éxito musical de moda Friends (Marshmello, Anne-Marie) para ilustrar una situación de acoso sexual. Antes de realizar una pequeña encuesta, hemos leído el concepto de Salud Sexual que propone la Organización Mundial de la Salud:
La salud sexual es un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad.
Requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia.
A continuación os presento los resultados de una encuesta anónima que les he pedido que respondieran. En la Figura 1 se presentan las respuestas sobre derechos sexuales de los hombres y en la Figura 2 los de las mujeres. En ambos casos se han discriminado las respuestas de los chicos y las chicas. Hay que considerar que en clase había un claro desequilibrio, 12 chicos frente a 23 chicas. Siento el tamaño de letra, probablemente tengáis que hacer una ampliación para poder leer las opciones.
Figura 2: Los alumnos han respondido a una encuesta telemática de manera anónima señalando entre las opciones listadas cuáles consideraban derechos sexuales de las mujeres
Como veréis las respuestas son muy interesantes. En mi opinión reflejan una preocupación por ser responsables en las relaciones sexuales, tanto en los chicos como en las chicas. Son especialmente conscientes de sus derechos y los de sus parejas a expresarse libremente, al sexo seguro y placentero. También tienen bastante claro que tienen derecho a sentirse orgullosos de sus cuerpos, a ser consultados por sus parejas sobre la satisfacción durante las relaciones y a escoger pareja. Sin embargo, la consideración de lo que son sus propios derechos y los del otro sexo difieren.
Es muy interesante la respuesta a las preguntas relacionadas con el derecho a interrumpir las relaciones sexuales. Desgraciadamente, un 27% de los chicos no tiene claro que una chica tiene derecho a interrumpir la relación sexual si lo desea, pero es que el 10 % de ellas tampoco. Curiosamente, si la razón de la interrupción es la ausencia de placer de la chica, ellos lo comprenden mejor (82%) que ellas (76%); pero si es la ausencia de placer del chico, entonces aún menos piensan que tiene derecho (58% de los propios chicos, 70% de las chicas).
Más preocupante es que, a pesar de que hay casi unanimidad en el derecho al sexo seguro, no se considera un derecho la imposición del uso del preservativo. Sólo un 39% de las chicas, y un 50% de los chicos creen que es un derecho de los hombres, aunque los porcentajes suben un poco más cuando se pregunta si es un derecho de las mujeres: 45% de los chicos y 57% de las chicas. También es preocupante que aproximadamente la mitad, tanto de chicas como de chicos, crean que es un derecho para ambos sexos terminar una relación sexual ya iniciada. Quizás es que la pregunta no ha sido bien formulada y entendida, ya que, en un análisis profundo de los datos, la misma persona opina simultáneamente que la interrupción de la relación sexual es un derecho, lo cual es contradictorio.
Otra respuesta preocupante es que el 58% de los chicos creen que tienen derecho a exigir a sus parejas el uso de otros métodos anticonceptivos diferentes del preservativo, lo cual equivale a decir que tienen derecho a exigir que la anticoncepción recaiga en la mujer. Esto está en consonancia con las dudas sobre el derecho al uso del condón como método profiláctico y anticonceptivo.
Por último, me parece interesante señalar el relativamente alto porcentaje de chicas que consideran que tanto los hombres (30%) como las mujeres (24%) tienen derecho a obtener placer sexual independientemente del de su pareja. Muchos menos chicos creen que un miembro de la pareja tenga derecho a obtener placer si está desvinculado del disfrute del otro (17-18%). En este caso también me pregunto si la formulación de la pregunta es la adecuada y se ha entendido bien, especialmente por las chicas. En cualquier caso las diferencias podrían ser debidas a un sesgo de género.
Si bien la muestra es pequeña y está desequilibrada respecto a ambos sexos/géneros, creo que la información es interesante y da pie a la reflexión. Especialmente para los propios alumnos que han participado en la encuesta y que espero lean estos resultados. Para terminar la clase yo he defendido ante ellos una selección de estos derechos, poniendo especial hincapié en la igualdad. Los derechos sexuales de ambos sexos/géneros son exactamente los mismos y tienen que ver con la seguridad, el respeto y el placer.
Para finalizar la clase hice un llamamiento a los chicos para sensibilizarlos ante el acoso sexual y la violencia contra las mujeres, así como a las chicas para que se rebelen ante comportamientos intimidatorios sin culpabilizarse por prejuicios machistas. Aunque deben ser ellos los que juzguen el éxito de la actividad, yo he salido realmente satisfecha. Cabe decir que, a pesar de ser viernes y última hora de clase antes de comer, la clase se ha alargado 20 min con la atenta participación de todos. Por lo que les quiero dar las gracias.