La principal ruta de transmisión del COVID-19, al igual que de la gripe, son las microgotitas (aerosoles) respiratorias generadas cuando alguien tose, estornuda o habla. Los virus que hay en estas gotas pueden infectar a otra gente a través de las mucosas de ojos, nariz o la boca, tanto cuando aterrizan directamente en la cara de alguien, como cuando son transferidas al tocarse la cara con la mano manchada.
Primera regla para evitar el contagio: utilizar pañuelos de papel desechables al toser o estornudar. Si no tenemos cubrirse la boca y la nariz con el CODO ¡No con la mano!
Segunda regla: lavarse las manos con frecuencia
Esas gotitas son demasiado pesadas para quedarse flotando en el aire, así que el contagio solo ocurre cuando la gente tiene contacto estrecho. Por eso la mayor parte de los contagios han ocurrido entre familiares. El contacto también es muy estrecho entre los pacientes y el personal sanitario, y por eso también ha habido ese tipo de contagio.
La gente debería tomar las mismas precauciones que con la gripe, que es igual de mortífera
También podría ocurrir que nuestras manos se contaminen tocando superficies que se han manchado con estas gotitas, pero su desinfección es muy fácil con alcohol, agua oxigenada o lejía. Cualquier producto limpiador que lleve estos ingredientes (como un limpiacristales, por ejemplo) servirá para desinfectar, no hace falta buscar nada raro ni especial.
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