Los resultados de este estudio apoyan las medidas de cierre temporal o reducción de aforo en la hostelería para frenar los contagios y muertes por COVID-19
Lo que demuestran los datos de su estudio es que no sirve de nada cerrar los ojos y pretender que se pueden reabrir los locales de mayor riesgo con total normalidad sin que esto afecte a los contagios y muertes. Por ejemplo, reabrir totalmente los restaurantes de Chicago provocaría unas 600.000 infecciones adicionales en un par de meses. Porque los restaurantes son, según este trabajo, los locales más peligrosos (hasta tres o cuatro veces más que las siguientes categorías más expuestas, gimnasios, bares y hoteles) porque tienen densidades de visitas más altas y los clientes permanecen allí más tiempo. En este caso, de nuevo, las diferencias de clases sociales son importantes: las personas con más recursos visitan mucho más bares y restaurantes, pero se contagian allí mucho menos que los de pocos recursos, porque estos últimos visitan establecimientos que tendían a ser más pequeños y más concurridos, según los datos de movilidad.
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