SERVICIOS ECOSISTÉMICOS (I): ¿Por qué conservar la naturaleza?

¿Por qué debemos conservar la naturaleza? Dependiendo de a quién se le formule esta pregunta, la respuesta será muy diferente. Aunque ciertas personas consideren como un deber ético la conservación de la naturaleza, los gustos e intereses de cada persona pueden hacer que ni siquiera demos con una respuesta a esta pregunta o, incluso, que lleguemos a la conclusión de que no hay motivos de peso para conservar la naturaleza. Pero, ¿cómo podemos hacer que todos, independientemente de nuestros valores morales, encontremos motivos para conservar la naturaleza? En primer lugar, debemos entender qué nos provee la naturaleza para comprender por qué debemos conservarla.

La naturaleza nos reporta multitud de bienes y servicios, tal es su magnitud y diversidad que puede resultar complejo de entender en su totalidad. Para comprenderlo mejor se acuñó el término servicios ecosistémicos, que refiere a aquellos beneficios que los ecosistemas nos reportan a los humanos ya sea de forma directa o indirecta (Comisión Europea, 2009). Existen distintos tipos de servicios ecosistémicos. Los servicios de aprovisionamiento son aquellos que nos reportan directamente bienes como alimentos, agua, madera y combustibles, entre otros (Comisión Europea, 2009). Los servicios de regulación del clima y las precipitaciones consisten en la contribución de los ecosistemas a amortiguar las variaciones en el clima propias de fenómenos físicos que ocurren en la Tierra, por ejemplo: los manglares actúan como una barrera natural frente a ciclones, huracanes y tsunamis (Convención de Ramsar sobre los Humedales, 2016). Pero, sin referirnos a la protección frente a eventos climáticos extremos, los ecosistemas más cercanos a nuestros hogares también amortiguan los cambios de temperatura, depuran el aire (consumiendo CO2 y produciendo O2, además de otros compuestos), favorecen la retención de agua en el suelo (evitando, al mismo tiempo, inundaciones y sequías), degradan nuestros residuos y frenan la propagación de enfermedades (Comisión Europea, 2009). Además, también proveen servicios culturales como la belleza, la inspiración y otros valores recreativos que contribuyen a nuestro bienestar espiritual (Comisión Europea, 2009). Y, por último, pero no por ello menos importante: los servicios esenciales. Los ecosistemas son capaces de generar suelo fértil (Comisión Europea, 2009), ya que la vida no se genera en cualquier sustrato, ¿cuánta vida vemos brotar en nuestros asfaltos más allá de pequeños resquicios de suelo fértil? Además, los ecosistemas regulan el ciclo de nutrientes (Comisión Europea, 2009), manteniendo en niveles adecuados las concentraciones de componentes esenciales para la vida, como el carbono y el nitrógeno, entre otros.

Aunque esta clasificación nos permite reconocer la multitud de beneficios que nos reporta la naturaleza y nos da motivos para conservarla, sigue siendo complicado poner en una balanza los beneficios de los ecosistemas en contraposición con los beneficios que nos da destruir la naturaleza para nuestros propios fines (extracción minera, generación de energía, fabricación de materiales, transporte de personas y mercancía…). Nuestra actividad genera un impacto sobre el planeta y, a veces, tenemos que decidir si conservar un ecosistema o degradarlo para conseguir algo a cambio. Para evitar destruir ecosistemas que nos reportan beneficios mucho más valiosos en tiempos recientes se ha propuesto valorar económicamente nuestros ecosistemas. Valorar los ecosistemas no consiste en darle “un precio” a los ecosistemas para mercantilizarlo, sino en reconocer de forma cuantitativa la relación coste-beneficio entre la naturaleza y nosotros (Sukhdev, Wittmer, & Miller, 2015). De esa manera, podemos transmitir en un lenguaje común a toda la sociedad las virtudes de conservar la naturaleza y los costes de degradarla. En próximas publicaciones se explorará en qué consiste la valoración económica de los bienes y servicios ambientales.

BIBLIOGRAFÍA

Comisión Europea. (2009). Bienes y servicios ecosistémicos. Oficina de Publicaciones de la Unión Europea.

Convención de Ramsar sobre los Humedales. (2016). Humedales: una protección natural frente a los desastres. Secretaría de la Convención de Ramsar.

Sukhdev, P., Wittmer, H., & Miller, D. (2015). Economía de los ecosistemas y la biodiversidad: desafíos y respuestas. Oxford University Press.

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