“Yo a tu edad era muy alto” o “los jóvenes vais para arriba, los ancianos vamos para abajo” son expresiones que con frecuencia escuchamos de personas que se encuentran en la tercera edad.
Desde el punto de vista filogenético, es sabido que a lo largo de la historia del ser humano se han producido fases de un aumento considerable de la altura media por razones ambientales y socioeconómicas.
Pero ¿es cierto que se pierde altura con la edad? ¿Existe base científica para esta variación en el plano ontogenético? La respuesta es afirmativa. La disminución de la altura con la edad, junto a la variación de otros parámetros antropométricos, fisiológicos y neuromusculares, es una realidad en el ser humano sea cual sea su raza y sexo.
A partir de los cuarenta años, se produce una pérdida media de casi un centímetro cada diez años. Esta variación puede ser mayor a partir de los setenta. Así pues, una persona adulta de 180 centímetros de altura podría ver reducida su altura hasta los 173 centímetros al final de su vida.
Origen: Por qué perdemos altura con la edad (y cómo ralentizar el descenso)
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